A dos meses desde tu partida, duele tu ausencia como el primer instante, te extraño en cada momento del día.
La muerte nos sorprendió a todos cuando arrebato de tu cuerpo físico el aliento de vida que te había prestado el creador, llegó y un descuido apagó tu luz de alegría, dejándonos en la eterna oscuridad de la tristeza que significa que no estés.
Desde tu partida todo cambio, confieso que jamás pensé ser tan dependiente de ti, me creí fuerte independiente, listo para asumir y resolver cualquier desafío, más llegó tu partida y me tocó la triste realidad de ver qué tan equivocado estuve, de ver qué tan dependiente era de ti.
Con un extremo dolor cuestiono el porque de tu muerte a tan corta edad con tantos planes por relaizar y metas por alcanzar, se que no debo cuestionar a Dios, más aún así lo hago, y lo hago no con el propósito de desobedecer sino más bien con la esperanza de que él me ayude a entender el porque de tu partida.
Aunque te extraño, te recuerdo cada día en cada segundo y lo hago con alegría, sí, con la alegría que cambiaste mi vida, con la fe que me enseñaste a creer en el amor y te recuerdo sonriente rebosando amor, cambiando de manera positiva a todos.
Gracias Dios por haberme dado un gran amor, gracias Jennifer S. Muñoz P. por haberme amado de la manera que lo hiciste, gracias por ese último te amo que escuche de tus labios, se que algún día volveré a ver tu sonrisa.
Te Amo mi reina Jennifer Stephania Muñoz Pérez, Gracias...
Por:- Francisco Otoniel Ferreras.
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